Son muchas las cosas que debo agradecerle. Una de ellas, es enseñarme a gestionar, una cualidad que tiene que ver con la impronta que nos otorga estar convencidos políticamente de sus ideas. El nació a la vida política para ser gobierno, nos legó entonces, esa condición a todos nosotros. Cuando la vida te da la posibilidad de ser parte del Estado, cualquiera sea la esfera, la diferencia que hay si hay o no un peronista, se nota de una menra asombrosa: "el peronista hace, no es asambleista ni deliberativo, es acción y ejuecución" Otra es la felicidad, la alegría, el optimismo. Ese viejo apotegma o slogan, si quieren, es totalmente cierto: "los mejores días siempre fueron peronistas" La rebeldía también es otro de sus legados. Uno no es así caprichosamente, no, lo es porque es peronista. Una vez, a una compañera le escuche decir: "consenso las pelotas, yo soy peronista" , que buena frase, pordió! Otra, es mi propia historia, la familiar, que me enorgul...