Requiem para mi amigo
Hará cinco o cuatro años atrás, me inclino más por cuatro,
que en una de esas tardes errantes de mi vida, por esa costumbre inveterada de
meterme en cafetines desconocidos me tope con tu lugar.
Einstein decía en la puerta. En esos años aún funcionaba como
bar.
Entre y me senté en la anteúltima mesa junto a la ventana.
Te acercaste, me extendiste la mano y me dijiste “mucho
gusto, soy el Profe, qué queres tomar”. Volviste con la birra, te sentaste
frente a mi y me dijiste “vos quién sos”.
Desde esa tarde, no dejamos de sentarnos juntos todas las
tardes, excepto en esos tres o cuatro días que te tomabas por mes para irte a
vender a la costa.
En estos cuatro años, pasamos de todo: las mutaciones de
Einstein Bar, me acuerdo cuando mi mesa quedo detrás de las gigantografías de
Denot cuando armaron el local de venta y se atrevieron a sacarme la ventana; el
vuelo levantado por Emilio, para empezar a caminar sólo en el metie, abriendo
su propio local y de vuelta mi mesa junto a la ventana.
Cerraste para mi, dos veces el boliche, la primera cuando
festeje mis 47 años y la segunda cuando presente mi tercer libro. Los volví
locos a vos y Carlos cuando les encargue la música para los festejos de mis
cincuenta.
Comimos asados con amigos de otros lares, los chicos de
Alberti, los mellizos de Venado. Conocí mucha gente a través tuyo, un día llegó
Jorgito y me dijiste: “este tipo es de fierro”. Ahora me doy cuenta que tenías
razón.
Perdoname los recuerdos inconexos, escribo como me van
saliendo.
Las discusiones con Pioli, otro gran personaje ramense, tu
cariño por el Gallego y su familia, lo mal que estabas cuando el gallego
enfermo. Me compartiste tus historias, hasta la ciudad de Villa Gesell nos unía,
los dos la hubiéramos adoptado como nuestro lugar en el mundo. El hotel
Casablanca se quedo con un huésped menos.
La primera charla seria, pero seria-seria que tuvimos, fue
cuándo hablamos de nuestros padres y terminamos sollozando los dos.
A tu manera, militaste este gobierno y defendiste a Cristina.
En eso coincidíamos plenamente. Cuando había cadena oficial, Einstein era una
misa.
Un día sume a nuestra mesa a Pablo Rospide, a vos te gustaba
gastarlo y le decías Róspide, con acento en la “o” porque sabías que le
molestaba. Uhh, las agarradas con Pablo sobre religión, apoteóticas.
En estos últimos tiempos, te agregue nuevos amigos, como si
te faltaran no?, así aparecieron el Gallego Gonzalez, Sergio Trimarchi, el
viejo Cambas…
Me nutriste de historias de la noche, recuerdos de otros
tiempos, anécdotas, personajes, me hiciste comprender las derivadas e
integrales después de 30 años con la misma claridad con la que Paenza enseña
matemática. Te gustaba mucho ese programa. También compartíamos el gusto por la
claringrilla, pero la guerra contra Clarín nos privó de ella, es que como casi
vasco que eras, también tomaste partido.
Estabas pergeñando algunos proyectos, las plazas del rock,
ya son una realidad, estabas tratando de buscarle la vuelta a Einstein con un
proyecto de Centro Cultural, estábamos en eso y me dejaste sólo, al igual que a
Carlos con la radio. Pucha que fuiste cabrón. De humor, a veces ácido y otras
brillantes. Fuiste un tipo de mano siempre extendida, amigo de los amigos, manirroto,
cómplice, astuto, inteligente. Abriste tus puertas a todas las tribus.
Carlos López dijo el otro día: “éste tipo era Grondona”, y
me pareció una figura excelente para calificarte en el sentido de tus negocios.
Jorgito, con la sabiduría del barrio, agregó: “¿sabés que es
esto? Esto es una banda de ladrones que se quedo sin jefe”
Ahora, de repente, me encuentro sentado en “mi mesa” sólo. Ya
nada será igual en mi vida Profe.
No se si será común lo que te voy a contar. Cuando pibe tuve
abuelo y papá, el abuelo fue un poco papá en esos primeros años de la vida, se
me fue a los 15 años, pero me quedo papá, que también se fue muy rápido, y a
esto me refería con no se si es común, pero yo, ante las ausencias, busco
reemplazantes, nadie va a suplantar ni a mi viejo y menos a mi abuelo, pero tu
amistad y confianza para conmigo mitigaron de algún modo esas ausencias.
Hice una cuenta medio absurda, pero como a vos te gustaban
las matemáticas te la cuento: compartí contigo aproximadamente 3400 horas, es
algo así como haber estado juntos durante 24 horas casi 140 días. 140, como los
caracteres que permite twitter, una de las pocas herramientas que no manejabas.
Mi twitter sería: “mi familia me alienta me da ánimo dicen
que ya va a pasar, que es un garrón pero la vida sigue, si podes mandame un
mensaje y decime cómo”
Te extrañare por siempre, como a mi abuelo y mi viejo.
Comentarios
Palabras mas que sentidas y gráficas para describir tu relación con el Profe. Te conozco porque te siento un hermano y a él, si bien al ppio me parecía algo 'pesado, como bloque de piedra', lo terminé bancando como otro cuasi vasco de la cofradía. Frontal y pre-claro, Denot era un bolichero de esos que no se empardan. Justo que mañana viernes, recién se cumplirá una semana de su ...partida !! ?? . La puta madre !! parece una pesadilla de la que me gustaría despertarte, despertarnos. Lo mismo mañana nos veremos ahi, como es la costmbre , pero con la penosa diferencia de que por sus ventanas ya no lo veremos bajar de la chata, con esa envidiable pelambre plateada y su pucho en la boca. Y nos quedaremos asi, con la ñata contra el vidrio, pensando que se fué de gira por no se donde a pasar su musica de rock, con ese pulido gusto que tenia al momento de elegirla.
Se fué muy rapido!!, justo cuando de verdad empezaba a disfrutar esas charlas de 3. Menos mal que por lo menos en 5 años de radio llego hace poquito a compartir con nosotros el aire y hsata nos dimos el lujo de disfrutar material del bueno que solia producir.
Abrazo celestial Profe !!!
Nos vemos con el Moo, los 3 juntos.. algun dia