El adiós a Palito


Héctor Candau siempre fue "Palito". Así, a secas, por esa flacura que lo hacía levantar vuelo por la raya izquierda.

Atlanta, fue la cuna futbolística de Héctor Candau. Allí, fue poco menos que un dios; en Almirante Beown, ya con el físico bastante machucado, rindió a los fogonazos.

“En Brown, estuve en un 60 por ciento de lo que podía rendir. Pero destaco que, en ese año ‘82, se logró hacer un juego muy vistoso para lo difícil que era la categoría”, recordó en una entrevista con El1 en 2010. Mal no le fue en los pagos matanceros: metió 17 goles en 81 partidos, entre 1981 y 1983.

A los 62 años, Palito, entrerriano de Basavilbaso, pero criado en Ibicuy, se fue a tirar centros al cielo. Una larga enfermedad le puso fin a su paso terrenal y lo ubicó en el hall del recuerdo eterno. Paradojas de la vida, su deceso ocurrió el martes de la semana pasada, horas antes de que se enfrentaran Almirante Brown y Atlanta. Sus dos amores, unidos en una sola lágrima. 

Luego de formar parte del histórico equipo bohemio de 1973, aquel de Ribolzi, Cortes, Onnis, Cano y Gomez Voglino, a Isidro Casanova, llegó de la mano de la dupla López-Cavallero, quienes lo habían dirigido en el Bohemio, también pasó por Atlético Nacional de Medllín y se retiró en el Deportivo Español.

Vaya el recuerdo de NEC para un puntero de raza.

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