Volvió CFK. Tres opiniones racionales

Las flores, el pingüino, el perro, el medio luto fue la simbología elegida por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para su regreso. Los analistas consultados por Página/12 coinciden en que fue acertado el mensaje que construyó para volver a la vida pública tras superar la cirugía de cráneo. “Una de las virtudes de la estrategia comunicacional es sorprender, aparecés donde no te esperan y producís una novedad, y así lo hizo la Presidenta”, dijo Luis Alberto Quevedo.
“Hay un corrimiento de la expectativa creada por los medios dominantes de que no estaba recuperada, llegaron a hablar de porcentajes de rendimiento. Y aparece en una escena familiar, grabada por su hija y no por Télam, con el discurso hogareño de una mujer, una tía o hermana, y no como jefa de Estado, entonces produce el corrimiento de todas las expectativas generadas por los grandes medios que ponían en duda si podría hacerse cargo del gobierno o especulaban con los ministros que va iba a echar”, apunta Quevedo. A su criterio, “mostró que en el fondo es una mujer que se recuperó de una operación complicada, y nos habla tranquila, como tomando mate, y nos cuenta que es complicado operarse la ‘capocha’ pero que ahora está bien, y eso produce empatía a nivel humano, no es algo institucional”.

Para Quevedo el video difundido a media tarde dio por tierra con los pronósticos agoreros que esperaban la aparición de una persona minusválida. “Al contrario, se la ve más delgada, jovial, con humor, con referencias al cariño que recibió, con un perro en sus brazos, y nos cuenta en forma accesible, como si fuera una pariente, que no la pasó bien pero, sin necesidad de mostrar los análisis clínicos, desarticula toda la preocupación que puede producir una operación de la cabeza, habla de la vida y del amor, es eficaz.” En su opinión, no fueron azarosas las referencias que hizo la Presidenta. “Las flores de Hebe por los derechos humanos, el pingüino por la militancia joven, la carta del joven del PRO, a quien ella hizo una estrella, por la tolerancia y el diálogo, y el perro venezolano, nos dice que esta es la lucidez desde donde habla, e incluso fortalece esa posición al permitirse un desdoblamiento: hace los anuncios institucionales por otro lado, son los dos cuerpos del príncipe de los que habla la ciencia política, la dimensión personal y la institucional, y ella ayer estuvo en ambas”, concluyó Quevedo.

El consultor Roberto Bacman sostuvo que el video “baja los decibeles de los rumores con algo casero y familiar, ves a una Cristina entera, una Cristina fuera de las especulaciones sobre males cardíacos, que explicó que tuvo un golpe en la cabeza, que ya descansó, y muestra el medio luto, por primera vez tiene una camisa blanca. Me parece que hay una nueva etapa de Cristina que se abre”. Según el consultor, “lo anecdótico del pingüino y del perro, que no es cualquier perro sino uno heroico, es la carga simbólica que deja bien claro que el modelo kirchnerista sigue en pie, que no la van a correr con rumores, simplemente dice que estuvo enferma, que necesitó descansar”. Bacman agregó que “el mundo político esperaba otro regreso y otro mensaje, en un acto, la comunicación del atril, y se dio otra comunicación, una Cristina distendida, con el rostro descansado, no fue un discurso de atril, pero seguro ya vendrán”.

Analía Del Franco, de Analogías, estimó que el video tendrá “gran impacto en contrarrestar las versiones sórdidas sobre su salud” porque “regresa sacándose el luto de a poco, muy tranquila y natural, se la ve muy bien y esa vitalidad baja el nivel de incertidumbre sobre supuestos peligros de acefalías, es una Presidenta que estuvo enferma y volvió perfecta”. Sobre los anuncios que se conocieron luego, Del Franco opinó que “fue muy acertado desdoblar lo personal de los cambios de gabinete, fue un combo dos en uno, el corazón y la firmeza, volvió con todo”.

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