Políticos mediáticos, el fracaso legislativo de la "nueva política"

Hoy, que la oposición anda tratando de entablar alianzas, frentes y cuanto artilugio electoral pueda, para tratar de reeditar ese cuarto de gloria que les toco en el 2009, para las legislativas de éste año, sería bueno que la "gente" se ocupara de ver que lograron en estos cuatro años sus representantes y no quedarse sólo con la bronca contra la yegua. 

Le erran el vizcachazo una vez más. Con esa pretendida idea de que en las elecciones de medio término, hay que ponerle control legislativo al gobierno, votaron en el 2009. Los convoco, especialmente al reciente lector y comentarista de este blog, el amigo Marcos, a una relectura de una nota de hace dos años y que para que no digan, como Marcos que "por provenir de Telam, hay que tomarlo con pinzas", es de un cólega de TN y que oportunamente publicaran en su página.

Nos contaba Damian en enero de 2011:


La protesta de las entidades agrícolas que comenzó sobre el final del verano de 2008 alteró ese año el tablero político argentino y marcó el inicio de un proceso que desembarcaría en la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de 2009. En torno a la protesta rural se articuló gran parte de la oposición que ofreció en los comicios dos ofertas nacionales: la alianza pan radical y el frente macrista-peronista disidente. Pero después de aquella cosecha récord de votos sobrevino una profunda sequía política que puso en evidencia las contradicciones de las coaliciones sojeras, hoy enlodadas en las acequias de las internas partidarias. Lo que el campo unió, hoy lo desgrana.

La tímida adhesión política que recibió la nueva protesta rural no es casual, ni fruto del recreo estival. Los mismos dirigentes que hace tres años elevaron a las representantes agropecuarios al rango de actores políticos, colocan a los integrantes de la Mesa de Enlace entre los responsables de la dispersión opositora.

Los cortes de ruta bendecidos por casi todo el arco anti-K y el desenlace cinematográfico del “voto no positivo” le valieron a las entidades agropecuarias en 2009 posiciones claves en las listas de candidatos a legisladores nacionales. Los agrodiputados lograron once bancas en la Cámara baja: Pablo Orsolini (UCR-Chaco), Ricardo Buryaile (UCR-Formosa), Ulises Forte (UCR-La Pampa), Atilio Benedetti, (UCR-Entre Ríos) Hilma Ré (Coalición Cívica-Entre Ríos) y Jorge Chemes (UCR-Entre Ríos), Gumersindo Alonso (Juecismo-Córdoba) y Estela Garnero (Peronismo- Córdoba), Lucio Aspiazu (UCR-Corrientes), Juan Casañas (UCR-Tucumán) y Alfredo Olmedo (Salta somos todos).


Pero lo que funcionó como discurso unificado de oposición frente a las políticas del Gobierno nacional para el campo, terminó siendo un fiasco a la hora de intentar acordar algún proyecto en el Congreso. La política y el campo pagan hoy el pecio de haber impulsado aquellas alianzas construidas sin coincidencias ideológicas y programáticas.

La pelea de los dirigentes rurales hizo naufragar en el Congreso a todos los proyectos vinculados con el campo, incluso aquellos que habían sido considerados “indispensables” durante la campaña electoral: la nueva Ley de Arrendamientos, la reforma de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), la reducción o segmentación de las retenciones a la exportación de granos, la creación de un ente regulador del comercio de granos o el proyecto para restringir la venta de tierras a extranjeros.

Si en 2009 “el campo” fue el elemento aglutinante de la política criolla, creador incluso de un “presidenciable” extraído de la galera parlamentaria, la protesta agropecuaria es hoy uno de los principales motivos del quiebre de la oposición.

(...) La pelea no es solo entre los ex socios políticos. Tan fuerte o aún más enérgica es la guerra que se libra entre los distintos sectores de la dirigencia agropecuaria que conviven en la UCR. Buryaile, presidente de la Comisión de Agricultura y hombre de CRA, fue el principal obstáculo que encontraron en el Congreso las iniciativas de sus compañeros de bloque y representantes de la Federación Agraria Argentina, Orsolini y Forte. Esa pelea tiene hoy su correlato electoral: Buryaile acompaña la precandidatura presidencial de Sanz, mientras que los otros dos revistan en las filas de Alfonsín.

(...) El excesivo protagonismo electoral de los agrodiputados contrastó drásticamente con su posterior desempeño parlamentario. Por ejemplo los entrerrianos Benedetti, Ré y Chemes no emitieron una sola palabra en ninguna de las sesiones en las que participaron a lo largo del año.

(...) “La Mesa de Enlace no está protestando sólo por la exportación de trigo, está haciendo ruido, presionando para lograr espacios en las listas de candidatos. Por eso es de esperar que el ruido de los tractores se escuche hasta octubre”, analiza un veterano dirigente radical. Dos diputados, uno de PRO y otro de la Coalición Cívica-ARI coinciden con el diagnóstico. En los partidos hay quienes le reprochan a la dirigencia agropecuaria haber utilizado a la política para pelear por sus intereses sectoriales sin haberle aportado nada a la política. En todo caso fue un negocio –de corto plazo– para todos: ¿qué hubiese sido de la oposición en 2009 si no hubiese mediado la protesta agraria?

Excluido el campo como silo para el acopio opositor, en la agenda emergen otros temas que hoy inquietan a la población y, como consecuencia, al oficialismo: la inflación –y las discusiones salariales– y la inseguridad. Pero es una incógnita hasta qué punto esos dos capítulos podrán articular algún cambio en el tablero electoral.


El resultado ya lo sabemos, Cristina se impuso por el 54% de votos, contra la peor elección de una segunda fuerza (17%). Tomo un párrafo de Damian Glanz y le cambio la fecha. Por qué no creer que en el 2015 estemos leyendo algo así:

En los partidos hay quienes le reprochan a Clarín y La Nación haber utilizado a la política para pelear por sus intereses sectoriales sin haberle aportado nada a la política.

Comentarios

Rucio ha dicho que…
El primer sensibilizado con el nuevo apriete agrogarca ha sido Macri, seguramente pensando que las patronales del campo le pueden brindar la plataforma social en el interior de la que él carece. De ahí la candidatura de De Angelis, de más que improbable éxito, más si no logra comprometer el apoyo del cascoteado Jorge Busti.
Marcos ha dicho que…
Amigo, no se hubiera tomado la molestia. Solo le diré esto: a partir del kirchnersimo hay que empezar a redefinir -una vez más- qué es izquierda, centro, derecha y qué es ser simplemente hijo de p. Por ahora, es un aparente entrevero en donde siguen medrando los de siempre, sin que ni usted ni yo podamos impedirlo, por más que crea usted lo contrario.

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