Que sí, pero no

4 de mayo de 2012. Edición impresa de La Nación.
Escribe Joaquín Morales Sola:
¿Qué les pasó a los radicales? ¿Fueron víctimas de un "chantaje emocional", como lo calificó el diputado Oscar Aguad, el líder de la media docena de diputados radicales que se sublevaron entre 40 obedientes? Había muchos más diputados radicales dispuestos a desobedecer la increíble orden partidaria. Uno a uno fueron cayendo seducidos por promesas de que podrán nombrar en la Cámara de Diputados a más empleados que los que ya tienen.

6 de mayo de 2012. Edición impresa de La Nación.
Escribe Joaquín Morales Sola:
Diputados radicales desmintieron enfáticamente que la conducción peronista de la Cámara haya aumentado el número de contratos de algunos legisladores inicialmente díscolos ante la expropiación. Hay que creerles.

Si en el primer análisis afirma y luego dice que desmintieron la especie, no tendría que haber fundado su primera acusación ante la desmentida. Este es el periodismo serio e independiente. Hay qué creerle?

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