La memoria a medias

Dice el genocida Jorge Videla en Cambio 16 el día de hoy, respecto de Adolfo Pérez Esquivel y su galardón como Nobel de Paz:


Diría que fue una inesperada sorpresa e ilustro esta afirmación con una anécdota. Presidía yo ese día la reunión de gabinete de los viernes, con asistencia de todos los ministros, el secretario general de la Presidencia, el secretario de Inteligencia de Estado y el jefe de la Casa Militar. En su momento, interrumpió un edecán y se acercó a mí para decirme al oído que acababa de escuchar por radio de la designación del señor Adolfo Pérez Esquivel como destinatario del Premio Nobel de la Paz. Interrumpí la reunión, di la noticia a los asistentes y quedé a la expectativa. Todos se miraban entre sí sin aventurar comentarios. Preguntados: ¿Quiénes conocen a este señor? La respuesta fue unánimente negativa. Ordené entonces al ministro del Interior que abandonara la reunión y buscara información. Momentos después el ministro se hizo presente e informó que el señor Pérez Esquivel era un arquitecto que no ejercía su profesión, que era un activista de los derechos humanos pero sin un papel protagonista ni de liderazgo, y ese perfil bajo se mantuvo durante todo mi periodo de gobierno al frente del país. Nadie le conocía, era un perfecto desconocido.

Hay que ser un reverendo hijo de un tren lleno de putas para mentir tan descaradamente, pero peor, es ser un periodista que no repregunta ni averigua, o peor aún, ser funcional a un genocida. 

En principio, recurramos a la memoria cierta: 

l 4 de abril de 1977, al presentarse en el Departamento Central de Policía para retirar su pasaporte, a fin de realizar un viaje a Colombia, quedó detenido. Desde allí lo trasladaron a la Superintendencia de Seguridad donde permaneció treinta y dos días sin ser interrogado ni informado sobre la causa de su detención. 

A esa fecha, 14 de abril del '77, el Jefe de la Policía Federal era el general Cesareo Cardozo. Cardozo, había sido nombrado en ese cargo el 31 de marzo, además, fue uno de los ideólogos y autor de la "Orden de Batalla" del 24 de marzo de 1976. Agreguemos que en Seguridad Federal, adonde estuvo 32 días detenido, estaba quien resultó ser su jefe más reconocido: el coronel del Ejército Alejandro Arias Duval. Desde fines de 1975, en ese edificio, se asentó el Grupo de Tareas 2, que dependía del Comando del Primer Cuerpo de Ejército, a cargo del general Carlos Guillermo Suárez Mason.

Es decir, Perez Esquivel estuvo detenido bajo ordenes de tres milicos y la carroña dice que nadie lo conocía. Raro resulta entonces, que nunca supieran de él, máxime cuando: En la madrugada del 5 de mayo es “trasladado". Lo llevaron a lo que luego se conocería como los vuelos de la muerte”. Una contraorden lo salvó. Lo enviaron a la Unidad 9 de La Plata, donde permaneció hasta julio de 1978 a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, sin proceso alguno en su contra. Su arresto fue prolongado, bajo la forma de libertad vigilada, durante 14 meses más. 

Y la remata diciendo que "mantuvo perfil bajo"; Pero hay que ser cínico, como no iba a tener perfil bajo si lo tenían guardado hacía tres años.

Pensar que todavía hay gente que sostiene que la "memoria oficial es tuerta"; yo les pregunto: y la memoria de este hijo de puta, cómo es?.

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