Triste aniversario

Un beso abrió las puertas del infierno

Fue la señal, como la traición contada en los evangelios: —A la que yo dé un beso, ésa es.
Y a fines de 1977, en Buenos Aires, el Ángel Rubio besó, una tras otra, a Esther Balestrino, María Ponce y Azucena Villaflor, fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, y a las monjas Alice Domon y Léonie Duquet.
Y se las tragó la tierra. El ministro del Interior de la dictadura militar negó que las madres estuvieran presas y dijo que las monjas se habían ido a México, a ejercer la prostitución.
Después se supo que todas, madres y monjas, habían sido torturadas y arrojadas vivas al mar desde un avión.
Y el Ángel Rubio fue reconocido. A pesar de la barba y de la gorra, fue reconocido, cuando los diarios publicaron la foto del capitán Alfredo Astiz firmando, cabizbajo, la rendición ante los ingleses.
Era el fin de la guerra de las Malvinas, y él no había disparado ni un tiro.
Estaba especializado en otros heroísmos. Eduardo Galeano, Espejos.


Un día como hoy, pero de diciembre de 1977, fueron secuestradas Esther Ballestrino de Careaga, Mary Ponce de Bianco, Azucena Villaflor (fundadora de Madres) y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, entre otras, por un grupo de tareas que encabezo Alfredo Astiz, quien se había infiltrado en las rondas de las madres.

Ese día, con un beso -cual discípulo de Judas- fue marcando a cada una de ellas para que la patota que esperaba agazapada en las puertas de la Iglesia de la Santa Cruz, en Estados Unidos 3150, las fuera capturando.

La historia quiso que el cuerpo de algunas de ellas fuera devuelto por el mar en las costas de Buenos Aires, luego de haber sido arrojadas desde el cielo en los "vuelos de la muerte".

Esa devolución del mar, permitió la identificación de los restos, que sumado a los testimonios de sobrevivientes permitió las condena de aquellos asesinos.

Desde NEC queremos recordar con afecto a esa primeras luchadoras, victimas del terrorismo de estado, en éste, el día que la feligrecía cristiana, en honor a María Inmaculada, arma el árbol de Navidad. Pongamos entonces una borla por cada una de esas mujeres brutalmente asesinadas en nuestros árboles navideños.

¡Por lo compañeros desaparecidos, PRESENTE, ahora y SIEMPRE!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
moo ha dicho que…
Anónimo, te rechace el comentario porque no me interesan ni visitas ni comentarios que opinen como vos. Es una pena que jamás crezcas. Increíble que a esta altura, haya quién no entiende la diferencia. Abda a esas páginas fachas que te recibiran con gusto.

Entradas populares de este blog

Carta de un obrero militante a su hijo