Mi marciano favorito

Si ya sé. Tengo clara su historia política, lo mismo pasa con otros dirigentes, tipo Casella o Storani. Sin duda que pagaron con el ostracismo político su desempeño en cargos de gobierno. Se llamaron a silencio, dejaron la competencia electoral, pero jamás renunciaron a su ideología y menos a hacer política.


Comparándolos - a estos dirigentes históricos de la UCR- con los mamarrachos que ocuparon su lugar o, para mejor decir, con los dirigentes del "radicalismo pos De La Rúa", no tengo dudas (y menos dudas aún, si quien alza la voz diciendo que "Moreau hizo un planteo cuasi oficialista en la Convención" es Gerardo Morales) que políticos de raza como ellos, están haciendo falta en el Congreso.


La renovación radical pos De La Rúa, sumió al radicalismo en la desaparición como fuerza política alternativa de gobierno, y la culpa de ello la tiene esta conducción que, traicionando sus históricas banderas, las trocó por acuerdos espurios y electorales.


Mucho se escribió, criticando a Alfonsí Jr., sobre sus aliados y la gran diferencia de éste con su padre, con el que tuvimos diferencias, pues claro que sí!, pero era coherente. Cuando Moreau dice "Nosotros cuestionamos el hecho de que el partido se dejó llevar por lo que definimos como un antikirchnerismo bobo, lo que lo llevó a oponerse a la ley de estatización de las AFJP, algo histórico del radicalismo, a la ley de ADN, una actitud demasiado cerrada en la discusión de la ley de medios", no dice otra cosa que la que, desde este blog y muchos otros, le pedimos a la UCR muchas veces.

Cuando plantea la necesidad de "buscar coincidencias" con el Gobierno y el socialismo, para desarrollar un "plan integral entre los que pensamos parecidos", marca una línea divisoria con los Artaza, los Morales, los Sanz, activos representantes de intereses corporativos.

Y como cierre, una conclusión que, como peronista, yo celebro: "Un partido de este tipo seguro que no se va con Macri, de ninguna manera se va a sesgar hacia la derecha. Lo que ocurrió fue porque no había discusiones en el radicalismo y las decisiones se tomaban por otro lado. En ese sentido estamos satisfechos, es el principio de un camino", concluyó "mi marciano favorito".


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Este tardío reconocimiento de Leopoldo Moreau, si bien gratifica, no alcanza para compensar el escandaloso desvío del radicalismo. Desde la claudicación delarruísta de 2001 hubo toda una década para desbrozar, limpiar, reconstruir y enderezar el camino. Cuando los derechistas sin vergüenza ni respeto por la historia de su partido, empezando por el "vicepresidente no positivo", se encaramaron para representar al espantajo en que la UCR se convirtió, los que hoy reniegan del desprecio de los votantes brillaron por su inacción.
Se recoje lo que se siembra.

Saludos
Tilo, 70 años

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