Marcando cancha


Ordenando a la OPO. Veamos algunos opárrafos de lo que dice hoy Joaco:
Ocurrieron ayer dos cosas. La primera fue la noticia de que la Presidenta confirmó su arrasador triunfo del 14 de agosto . La segunda fue otra confirmación: la oposición debe, según el Gobierno, quedarse callada, y los diarios no deben hablar de ella. Así se deslizó claramente durante la conferencia de prensa del ministro del Interior, Florencio Randazzo . El oficialismo reprochó a la prensa luego del 14 de agosto porque fue crítica de la oposición y porque no miró sólo a la victoriosa Cristina Kirchner. Ahora, el kirchnerismo lo increpa al periodismo porque difundió las denuncias opositoras sobre irregularidades en los comicios. Conclusión: para la teología del kirchnerismo, el periodismo debe hablar sólo de la Presidenta y olvidarse, para bien o para mal, de que existen opositores. La democracia argentina anda, así, por una pendiente.
Sólo alcanza con ver las tapas de los matutinos como mostró ayer Randazzo. La diferencia entre publicar lo que pueda o no opinar la oposición es una cosa, titular desde los medios dando fiabilidad a esas opiniones es la diferencia. Todos sabemos a esta altura, lo que significa un título y una bajada, el problema es, que aunque luego el texto diga otra cosa, muchos lectores leen "por arribita" y ese es el tema. Un sólo ejemplo, el mismo que cito FR:

En los últimos días, la oposición planteó la instalación inmediata de la boleta única el 23 de octubre y se quejó de que muchos presidentes de mesa, que trabajaron el 14 de agosto pasado, fueron designados por sectores vinculados al oficialismo. El gobierno respondió que no se deben cambiar las reglas del juego en medio del partido. 


Otra vez. Utilizando la opinión de la OPO, el columnista, no le aclara al lector el error conceptual de esa opinión, avalando entonces esa postura

El problema es que creyeron en la teoría de que el kirchnerismo era un "ciclo terminado", sin pasarla por la necesaria prueba o sin condicionarla a la prueba. No hubo medición de opinión pública (y hubo varias independientes y honestas que se acercaron bastante al final del 14 de agosto) que los convenciera de lo contrario, ni estrategia alternativa que sustituyera a la hipótesis de una etapa irremediablemente concluida. 


No será que te creyeron a vos, Joaco?

El peronismo no kirchnerista se está preparando para un relevo. Duhalde está cumpliendo su última gestión como dirigente político. Perdió todas las elecciones después de su último triunfo como candidato a senador hace diez años, en octubre de 2001. Alberto Rodríguez Saá nunca será una alternativa nacional del peronismo y hasta el propio Carlos Reutemann no podría convertirse en una referencia después de no estar cuando debía estar. Daniel Scioli, José Manuel de la Sota, Jorge Obeid y Juan Manuel Urtubey son las figuras emergentes de ese peronismo (algunos están escribiendo documentos preliminares) que intentará renovarse con otros hombres y con otras políticas. El obstáculo de ellos es que la mayoría son gobernadores, o lo serán, y necesitarán, por lo tanto, de un acercamiento con el gobierno financieramente más unitario desde la restauración democrática.


Ya está. El mensaje de La Nación es claro: bajada de bandera para Duhalde y Rodriguez Saa. No insistan. Luego le baja línea a la UCR.


El radicalismo deberá reinventarse ahora con otros dirigentes y con otra impronta o chocará fatalmente con su propio ocaso.
Chau para Alfonsín, Sanz, Aguad y demás deudos.
Tampoco la oposición conseguirá muchas conquistas si sólo se dedicara a esperar que las estelas de la crisis económica internacional desequilibre al Gobierno. La crisis probablemente llegará a la Argentina, con mayor o con menor fuerza. 
Aquí, un llamado de atención: asegura el cronista, cual pitonisa Carrio que la crisis llegará. Acertará de la misma manera que con su anuncio-pregunta de la foto anterior.

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