Carta Pública a Martín Palermo

No tengo la menor idea de cuál fue tu primer partido, no me acuerdo.
Tengo memoria selectiva, un defecto.
Eso sí, tengo recuerdos que mi memoria selectiva se ha empeñado en que resulten imborrables.
Desde que recuerdo, simpre te defendimos. Pluralizo por una cuestión de no-individualidad.
Es un torpe; tiene los pies redondos; no se sabe dar vuelta; tiene orto; justo estaba ahí; no sabe amagar; erró tres penales; es un burro y que se yo cuantas calificaciones más, emitían todos aquellos que no te tenían y no te disfrutaban.
Imborrable para siempre el doblete por la Intercontinental;
Imborrable para siempre el gol en cámara lenta a las gallinas;
Imborrable para siempre el penal con los dos pies;
Imborrable para siempre la colgada en el travesaño;
Imborrable para siempre el cabezaso de cuarenta metros;
Imborrable para siempre el zapataso de sesenta metros;
Imborrable para siempre la dupla con Guillermo;
Imborrable para siempre tu gesto de tachar los goles en esa bandera;
Imborrable para siempre en gol con la rodilla rota;
Imborrable para siempre.
Eso, IM-BO-RRA-BLE, tan simple y gigante como eso, será tu carrera deportiva para todos los bosteros.
Digan lo que quieran los demás, esos que en su gran mayoría, envidian no haberte tenido.
Hoy, jugas tu último partido en la Bombonera, el templo futbolístico de América. El mismo que vos, hiciste latir más de una vez.
Ahora vendrán miles de personajes a resaltar tus virtudes, muchos serán los mismos que te destrozaron en otros momentos. Vos los conoces mejor que nadie, igual que nadie mejor que vos para saber quienes fueron tus incondicionales.
Como diria Carlos Gardel: "la barra completamemte agradecida"
Loco, gracias por tantas alegrías! En lo personal, siempre manifesté que las alegrías y fantasias que le vi hacer y me regalo Diego, eran insuperables. Junto a él, estaba el Cani (gusto estrictamente personal): dos jugadores insuperables.
Pero, siempre hay un pero, más tarde aparecieron tipos como vos, el Guille, el Apache y hasta Román. Todos, resultan grandes y épicos en la historia bostera.
Porque, no se trata sólo de goles y títulos, no es solamente eso para los bosteros.
Hay  como un plus al que solemos darle otro valor.
Solemos tener idolos que no ganaron nada, comparándolos con tus trece títulos, pero estan ahí, junto a tu lado, por la impronta e idiosincracia con la que el bostero se identifica: Pasucci, Hrabina, Rogel, Nicolau, Marcico, Mouzo, Pianeti y tantos otros, imposibles de nombrar.
Loco, vos sos grande, no por haber superado a Sanfilippo, no por ser el quinto goleador en la historia del fútbol argentino, vos sos grande por haber demostrado a todo ese sequito que jamás pateo un fulbo, que es ser amado por el hincha. Porque, sin ese amor que supiste despertar en la gente, de que carajo te servirían los goles no?
Por el amor Loco, por confiar en vos mismo; por demostrar que se puede: GRACIAS, ETERNAMENTE GRACIAS.
Un bostero agradecido.

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