El por qué del Argentina Trabaja. Génesis

La cooperativa de trabajo, siendo una de las formas de la cooperativa de producción, realiza una acción conveniente al país, situación que surge de un rápido análisis. En primer lugar, nosotros decimos que en estos momentos es necesario producir, producir y producir y asociándose ustedes para producir, encuadran perfectamente dentro de la doctrina que el gobierno propugna como un bien público. En segundo lugar, nosotros hemos sostenido, cuando hablamos de la economía, que el justicialismo propugna la capitalización del pueblo. Esto es rápida y simplemente explicable. 

Cuando nosotros llegamos al gobierno nos encontramos con una organización de neto corte capitalista en la economía argentina. ¿Y cuál es la organización económica de carácter capitalista en el mundo? Una comunidad dentro de la cual se ha capitalizado un cinco o diez por ciento, mientras un noventa o noventa y cinco por ciento está descapitalizado. Es la descapitalización del pueblo y la capitalización de un pequeño sector constituido por las grandes empresas de producción, de industrialización y de comercialización, que son las tres actividades que hoy capitalizan. En otras palabras, el noventa y cinco por ciento de la población es tributario de esas empresas encargadas de la capitalización. El fenómeno lo hemos visto nosotros. Cuando una empresa andaba medio mal, lo que se hacía era rebajar los sueldos. Decían: hay crisis, hay que rebajar los sueldos; y rebajaban los sueldos a todos para poder capitalizar a las empresas.
Nosotros recibimos ese estado de cosas. Podríamos haber hecho un inventario y hubiera resultado simplemente una comunidad dentro de la cual el noventa y cinco por ciento era pobre, y el cinco por ciento era rico, inmensamente rico en sus sociedades y en las capitalizaciones de sus empresas.
El Justicialismo está en contra de esa concepción. Porque como ustedes pueden ver, en aquel sistema está toda la economía de un pueblo al servicio de la capitalización de un cinco por ciento de su población, en las empresas capitalizadas. Esas empresas capitalizadas son las que producen los impuestos, porque al resto de la población ¿Que le va a sacar?: impuestos. ¿Y de dónde? Estaban los impuestos a los réditos, a LA PRODUCCION, a las rentas, a la exportación, y de allí salían los presupuestos para los gobiernos capitalistas. Ese es el sistema que emplean en el mundo entero. Al resto del pueblo le sacan algunas moneditas, de los cigarrillos, etc., que es lo único que le pueden sacar.
 
Con eso, el sistema capitalista estructuró sus posibilidades estatales y sus posibilidades nacionales en la economía. Nosotros no estamos con eso; hemos recibido esas empresas capitalizadas y no queremos descapitalizarlas. Ese sector del cinco por ciento, que ya está bastante bien, lo vamos a dejar, no lo vamos a descapitalizar; pero de ahora en adelante nos vamos a ocupar para que ese noventa y cinco por ciento descapitalizado comience a capitalizarse paulatinamente.

Para capitalizarnos, debemos comenzar por saber qué es la capitalización. La capitalización es el ahorro acumulado, en acción económica. Todo lo que vamos juntando con el producto del trabajo, del negocio, del esfuerzo, se va juntando y va formando una empresa de acción, empresa que va aumentando en sus medios económicos, vale decir, se va capitalizando.
A este pueblo un tanto anémico que nosotros recibimos – anémico económicamente, y algunas veces físicamente –, le vamos a poner los medios para que pueda irse capitalizando paulatinamente. Vale decir, vamos a permitirle, a través de una conveniente remuneración de su esfuerzo, los medios económicos necesarios para que si él ahorra pueda ir juntando también su capital, capital que se traduce en ahorro directamente; en ahorro metálico o de dinero, en ahorro, diremos, de bienes del capital –maquinarias, vehículos, etc.-, en bienes raíces – casas, etc. -. Y eso es capitalización individual y voluntaria también. Esa es una clase de capitalización.
La otra es la capitalización obligatoria que nosotros hacemos a través de las cajas de previsión social, donde mediante un aporte mensual, el hombre va también formando un gran fondo que es el que le permite pensar que, cualquiera sean las circunstancias de su vida futura, cuando llegue a cierta altura en la que ya no pueda trabajar, que no pueda seguir afrontando los riesgos del trabajo, se pueda retirar a su casa, y mediante ese ahorro de toda su vida, que ha sido obligatoriamente descontado a través de los servicios de previsión social, pueda tener el sustento necesario, pero es también una forma de capitalización del pueblo, porque toda esa plata que se junta es del pueblo. Allí, en la Caja, no figura de quien es. Es de todos, en la proporción en que ellos han aportado para ahorro. De manera que si a estos sistemas se agrega ahora que los hombres de buena voluntad que tienen sus ahorritos quieren ampliarlos para hacer sus propias empresas y comenzar, también ellos, a producir, a través de una cooperativa de trabajo, pero ¡bendito sea Dios, si eso está netamente dentro de la doctrina peronista! Eso quiere decir que ustedes no esperen solamente a que nosotros, Gobierno, a través de la previsión social y a través de medidas de distinto orden, los vayamos capitalizando en bienes de capital o en bienes raíces o de distinta naturaleza, sino que ustedes hacen como dicen los cristianos: que Dios los va a ayudar, pero ustedes deben ayudar un poco a Dios.
No deseo abundar en fundamentos, pero ustedes ven que este tipo de organizaciones populares están en la médula misma de nuestro justicialismo. En otras palabras, el Gobierno no sólo tiene que apoyarlos y ayudarlos, sino que tiene que agradecer, porque ustedes están realizando, precisamente, lo que él defiende básicamente al establecer la doctrina peronista: que nuestra función económica es capitalizar al pueblo. Así vamos cumpliendo la base de nuestra doctrina, vale decir, que el capital esté al servicio de la economía y está al servicio del bienestar social que es lo que ustedes están realizando a través del Cooperativismo.

Además de eso, compañeros, cuando nosotros hemos luchado contra el individualismo, no lo hemos hecho porque el individualismo represente para nosotros una palabra poco simpática. Lo hemos hecho porque sabemos que el individualismo es la base del sistema capitalista y que cuando queremos destruir al sistema capitalista tenemos que empezar por destruir la causa, que es el individualismo.

El sistema individualista sostiene que la sociedad debe ofrecerle a él una comunidad libre para que él haga lo que se le ocurra, a fin de encumbrarse y valorizar su actividad. Si eso está contra la comunidad a él no le interesa. El ha erigido un altar al dios que es él, se ha colocado él en ese altar, y a los demás que los parta un rayo. Por esa razón vemos a lo largo del mundo entero, donde el sistema capitalista ha entronizado al individualismo, que los países están sucumbiendo. Algunos individuos han triunfado y están ricos en ese sistema pero el país se está hundiendo. Y vamos a ver el final, cuando se hunde el país, si él va a quedar flotando. Esa es la realidad. 
1954, Juan Domingo Perón

 Esta todo ahí no?

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