Las flores crecieron, Néstor.


Tenía la intención de explayarme sobre este nuevo mensaje que se quiere instalar desde el gorilaje: el ataque a la militancia que se identifica en labores sociales.

Estoy totalmente convencido que éste es un round más que quieren librar aquellos que nada entienden de política, son los antipolítica, son los que al decir de Eduardo Aliverti en su columna del sábado, adhieren a la teoría de que la política es el arte de cagarnos la vida.

Son los mismos que podrían incluirse, en lo que Manuel Mandeb en Crónicas del Angel Gris, retrata como "los refutadores de leyendas", salvando las distancias.

Pero, para que escribir uno, si los mismos involucrados lo explican, ante el agravio que sienten por su militancia diaria, esa que no es visibilizada -por lo medios hegemónicos- en contraste con la siempre publicada estigmatización de los hombres y mujeres que la componen y ocupan cargos dirigenciales. 

Sin embargo, dÍgame, amigo lector, a éste simple cronista, si alguna vez leyó una nota en esos medios, que cuente el trabajo que realizan diariamente miles de militantes políticos de La Campora en todo el país. No, no la leyó por qué no sirve mostrarle a ese reducido grupo social que reclamaba que se vayan todos, que ahora hay nuevos bríos militantes. 

Cuando terminó la década de la desideologización, se reclamaba que los jóvenes no se involucraban, que no había militancia, que los "pibes" estaban en cualquiera, etc, etc. Paso el tiempo, y un día apareció un loco del sur que con sus hechos, convocó y conquisto a muchos jóvenes que se sintieron interpelados y asumieron un compromiso. Qué pasó entonces, si eso es lo que venían reclamando? Paso que los que se involucran, los que están, los que caminan los barrios, los que están junto al pueblo, como no podía ser de otra manera, no son "de su palo".

Y cómo iban a a serlo, si ellos son los cultores del no te metas, del individualismo, del sectarismo y del más grosero odio y rencor (¿ Cómo hacen para vivir con tanto odio diariamente?) Y si hay algo que indigna más, es que, aprovechen una desgracia como la que ha pasado para, como sea y con lo que sea, pegarle al gobierno. No les importa ni el pueblo, ni "la gente". 

Todo sea para arrimar algo que sume a su cruzada: tratar con y por lo medios que sea, de destruir a "la Terk@", a "la yegua"

Se les va a hacer cuesta arriba, esta mina supo regar bien los brotes que se convirtieron en flores.

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